CISTICERCOSIS
Descripción
La
cisticercosis humana es una infección causada por la tenia porcina, Taenia
solium (Tenia
solitaria del ganado porcino). La infección ocurre cuando las larvas de la
Tenia se introducen en el cuerpo y forman cisticercos (quistes).
La fase
infectiva es la teniasis, en la que el parásito coloniza el sistema digestivo.
En caso de pasar al torrente circulatorio, este se dirige a sus órganos diana:
piel y músculo, dando lugar a la forma musculocutanea, los ojos, y sistema
nervioso central, lo que se conoce como neurocisticercosis.
Es una enfermedad asociada a la pobreza en áreas donde se
come carne de cerdo y donde estos animales se crían de manera tradicional. La
mala higiene, un saneamiento deficiente y la utilización en la agricultura de
aguas negras sin tratar o insuficientemente tratadas facilitan la propagación
de la enfermedad.
Causas, incidencia y
factores de riesgo
La
infestación por este parásito se adquiere ya sea al
ingerir carne de cerdo contaminada con el parásito (en cuyo
caso el ser humano desarrolla teniasis) o al
consumir verduras y hortalizas que han sido regadas con aguas negras,
conteniendo el huevo de la Taenia solium (en cuyo caso el ser
humano desarrolla cisticercosis). El hombre es el único huésped que puede alojar
a la Taenia solium adulta, por lo tanto es la única fuente de infección de la
cisticercosis, siendo posible desarrollar la cisticercosis por autoinfección,
aunque esto es poco frecuente.
La cisticercosis es endémica en todos los
continentes excepto Australia, es muy rara en los países musulmanes donde está
prohibido comer carne de cerdo. Es común en el África subsahariana, China, el
subcontinente indio y el sureste asiático y es altamente endémica en áreas
rurales de América Latina tales como México, Guatemala, El Salvador, Honduras,
Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil. Sin embargo, la verdadera incidencia
de cisticercosis en humanos y porcinos es desconocida.
La neurocisticercosis afecta hombres y mujeres de todas
las edades, con un pico de incidencia entre los 30 y 50 años de edad. Es uno de
los mayores problemas de salud pública, esto visto en su prevalencia, que puede
alcanzar hasta el 3.6% de la población general en algunas regiones.
Resumiendo entre los factores de riesgo tenemos:
·
El
consumo de carne de cerdo mal cocida e infectada.
·
Frutas
mal lavadas.
·
Verduras
contaminadas, crudas o mal cocidas y mal lavadas.
·
Por
contacto con personas infectadas.
·
Por
contacto con materia fecal infectada.
·
Autoinfección.
Síntomas
Los signos y
síntomas dependerán del lugar y número de los cisticercos (quistes) que se
hallen en su cuerpo. La clínica puede debutar meses o años después de la
infección.
Según los órganos afectados:
·
La
fase infectiva, la teniasis intestinal suele pasar desapercibida para el paciente,
al ser asintomática o cursar con síntomas inespecíficos, como nauseas, dolor
abdominal y diarrea.
·
La
afectación musculocutanea no suele producir limitación funcional ni molestias a
los pacientes. Si estos consultan suele ser por la presencia de nódulos
subcutaneos no dolorosos.
·
Las
lesiones oculares son lesiones poco frecuentes. Pueden ocasionar una
disminución en la visión, visión borrosa o enturbiada, ceguera, hinchazón y
desprendimiento de la retina
·
Las
lesiones en el corazón pueden llevar a que se presente ritmo cardíaco anormal o
insuficiencia cardíaca, aunque son tambien poco frecuentes y en su gran mayoría
no producen repercusión clínica.
·
La
Neurocisticercosis, es decir, la afectación del sistema nervioso central es la
forma que con mayor frecuencia produce síntomas relevantes en el paciente.
Estos dependen fundamentalmente de la localización de las lesiones, del número
y del estadío evolutivo de estas. La forma más frecuente de presentación son
las crisis epilépticas, siendo esta enfermedad la causa más frecuente de
epilepsia en países endémicos. Los quistes pueden también producir obstrucción
al flujo del líquido cefaloraquídeo, y dar lugar a un cuadro de hidrocefalia
obstructiva, con cefalea, vómitos y un importante riesgo vital por herniación
de estructuras intracraneales.
Diagnóstico
El diagnóstico
es difícil y se
requieren varios métodos diagnósticos. Para identificar lesiones se ordenan:
·
Radiografías
de partes blandas, donde pueden observarse calcificaciones musculares típicas.
·
Tomografías
computarizadas (TAC), con visualización de quistes característicos
·
Resonancia
mangética (RM), que tiene una mayor definición que el TAC
·
Biopsia
del área afectada.
·
La
técnica diagnóstica del inmunoensayo enzimático (ELISA)
·
Análisis
sanguíneos para ayudar a diagnosticar una infección.
La tomografía axial computada (TAC) y la resonancia
magnética (RM) son capaces de detectar los hallazgos característicos o
altamente sugestivos de cisticercosis del sistema nervioso central en más del
80% al 90% de los casos y son muy útiles en el seguimiento de la respuesta al
tratamiento, pero la sensibilidad de cada método depende principalmente del
estadio y ubicación anatómica de la enfermedad.
Tratamiento
El tratamiento de la cisticercosis se divide en
tratamiento sintomático, para reducir o evitar la clínica derivada de la
infección, como puede ser el tratamiento con fármacos antiepilépticos o con
corticoides para reducir la inflamación; y en tratamiento contra el parásito en
si. Para este último, disponemos de varios antibióticos, como el praziquantel o
el albendazol, aunque siempre hay que valorar cada caso en particular, ya que,
dependiendo del estadio evolutivo y de la localización, no todos los casos de
cisticercosis son tratables.
En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para
extirpación de los quistes, sobre todo en aquellos que comprometen la
circulación del líquido cefalorraquídeo. Se estan desarrollando nuevas técnicas
endoscópicas que permiten reducir el daño secundario a la cirugía, con la misma
eficacia.
Pronóstico
El pronóstico difiere considerablemente de acuerdo a la
localización, estadio del ciclo de vida y el número de parásitos en el sistema
nervioso central. Cuando no hay lesiones cardíacas, daño cerebral o ceguera, el
pronóstico es generalmente bueno.
Prevención
·
Lavarse
bien las manos con agua y jabón, después de evacuar y antes de ingerir
alimentos.
·
Evitar
consumir alimentos que no estén lavados o cocidos.
·
Lavar
con agua corriente frutas y verduras.
·
Evitar
comer cerdo y otras carnes crudas o insuficientemente preparadas.
·
No
comer carne de cerdos que pueden haber sido infectados con la tenia.
·
Beber
sólo agua embotellada o hervida (por 1 minuto) o bebidas carbonadas (con
burbujas) en latas o botellas. No beber de fuentes o bebidas con cubitos de
hielo.
·
Provisión
de agua limpia y de saneamiento: disposición adecuada de excretas humanas, a
través del uso de drenaje o letrinas
·
Medicar
a toda persona que haya adquirido el parásito.
·
El
tratamiento debe ir acompañado de medidas veterinarias, como la mejora de la
inspección y el control de la carne, la mejora de la cría de cerdos y de su
inspección, y el tratamiento de los animales infestados.
·
La
educación sanitaria acerca de la transmisión de los parásitos y de la manera de
mejorar los hábitos de higiene y las condiciones sanitarias de personas y
animales.
·
La
mejora generalizada de las condiciones de vida
·
Una
legislación adecuada.
Bibliografía
·
Organización
Panamericana de la salud (PAHO):Enfermedades desatendidas: enfermedades de la
pobreza
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