martes, 6 de marzo de 2012

CISTICERCOSIS


CISTICERCOSIS

Descripción

La cisticercosis humana es una infección causada por la tenia porcina, Taenia solium (Tenia solitaria del ganado porcino). La infección ocurre cuando las larvas de la Tenia se introducen en el cuerpo y forman cisticercos (quistes).

La fase infectiva es la teniasis, en la que el parásito coloniza el sistema digestivo. En caso de pasar al torrente circulatorio, este se dirige a sus órganos diana: piel y músculo, dando lugar a la forma musculocutanea, los ojos, y sistema nervioso central, lo que se conoce como neurocisticercosis.
Es una enfermedad asociada a la pobreza en áreas donde se come carne de cerdo y donde estos animales se crían de manera tradicional. La mala higiene, un saneamiento deficiente y la utilización en la agricultura de aguas negras sin tratar o insuficientemente tratadas facilitan la propagación de la enfermedad.

Causas, incidencia y factores de riesgo

La infestación por este parásito se adquiere ya sea al ingerir carne de cerdo contaminada con el parásito (en cuyo caso el ser humano desarrolla teniasis) o al consumir verduras y hortalizas que han sido regadas con aguas negras, conteniendo el huevo de la Taenia solium (en cuyo caso el ser humano desarrolla cisticercosis). El hombre es el único huésped que puede alojar a la Taenia solium adulta, por lo tanto es la única fuente de infección de la cisticercosis, siendo posible desarrollar la cisticercosis por autoinfección, aunque esto es poco frecuente.
 La cisticercosis es endémica en todos los continentes excepto Australia, es muy rara en los países musulmanes donde está prohibido comer carne de cerdo. Es común en el África subsahariana, China, el subcontinente indio y el sureste asiático y es altamente endémica en áreas rurales de América Latina tales como México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil. Sin embargo, la verdadera incidencia de cisticercosis en humanos y porcinos es desconocida.
La neurocisticercosis afecta hombres y mujeres de todas las edades, con un pico de incidencia entre los 30 y 50 años de edad. Es uno de los mayores problemas de salud pública, esto visto en su prevalencia, que puede alcanzar hasta el 3.6% de la población general en algunas regiones.
Resumiendo entre los factores de riesgo tenemos:
·         El consumo de carne de cerdo mal cocida e infectada.
·         Frutas mal lavadas.
·         Verduras contaminadas, crudas o mal cocidas y mal lavadas.
·         Por contacto con personas infectadas.
·         Por contacto con materia fecal infectada.
·         Autoinfección.

Síntomas

Los signos y síntomas dependerán del lugar y número de los cisticercos (quistes) que se hallen en su cuerpo. La clínica puede debutar meses o años después de la infección.
Según los órganos afectados:
·         La fase infectiva, la teniasis intestinal suele pasar desapercibida para el paciente, al ser asintomática o cursar con síntomas inespecíficos, como nauseas, dolor abdominal y diarrea.
·         La afectación musculocutanea no suele producir limitación funcional ni molestias a los pacientes. Si estos consultan suele ser por la presencia de nódulos subcutaneos no dolorosos.
·         Las lesiones oculares son lesiones poco frecuentes. Pueden ocasionar una disminución en la visión, visión borrosa o enturbiada, ceguera, hinchazón y desprendimiento de la retina
·         Las lesiones en el corazón pueden llevar a que se presente ritmo cardíaco anormal o insuficiencia cardíaca, aunque son tambien poco frecuentes y en su gran mayoría no producen repercusión clínica.
·         La Neurocisticercosis, es decir, la afectación del sistema nervioso central es la forma que con mayor frecuencia produce síntomas relevantes en el paciente. Estos dependen fundamentalmente de la localización de las lesiones, del número y del estadío evolutivo de estas. La forma más frecuente de presentación son las crisis epilépticas, siendo esta enfermedad la causa más frecuente de epilepsia en países endémicos. Los quistes pueden también producir obstrucción al flujo del líquido cefaloraquídeo, y dar lugar a un cuadro de hidrocefalia obstructiva, con cefalea, vómitos y un importante riesgo vital por herniación de estructuras intracraneales.

Diagnóstico

El diagnóstico es difícil y se requieren varios métodos diagnósticos. Para identificar lesiones se ordenan:
·         Radiografías de partes blandas, donde pueden observarse calcificaciones musculares típicas.
·         Tomografías computarizadas (TAC), con visualización de quistes característicos
·         Resonancia mangética (RM), que tiene una mayor definición que el TAC
·         Biopsia del área afectada.
·         La técnica diagnóstica del inmunoensayo enzimático (ELISA)
·         Análisis sanguíneos para ayudar a diagnosticar una infección.
La tomografía axial computada (TAC) y la resonancia magnética (RM) son capaces de detectar los hallazgos característicos o altamente sugestivos de cisticercosis del sistema nervioso central en más del 80% al 90% de los casos y son muy útiles en el seguimiento de la respuesta al tratamiento, pero la sensibilidad de cada método depende principalmente del estadio y ubicación anatómica de la enfermedad.

Tratamiento

El tratamiento de la cisticercosis se divide en tratamiento sintomático, para reducir o evitar la clínica derivada de la infección, como puede ser el tratamiento con fármacos antiepilépticos o con corticoides para reducir la inflamación; y en tratamiento contra el parásito en si. Para este último, disponemos de varios antibióticos, como el praziquantel o el albendazol, aunque siempre hay que valorar cada caso en particular, ya que, dependiendo del estadio evolutivo y de la localización, no todos los casos de cisticercosis son tratables.
En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para extirpación de los quistes, sobre todo en aquellos que comprometen la circulación del líquido cefalorraquídeo. Se estan desarrollando nuevas técnicas endoscópicas que permiten reducir el daño secundario a la cirugía, con la misma eficacia.

Pronóstico

El pronóstico difiere considerablemente de acuerdo a la localización, estadio del ciclo de vida y el número de parásitos en el sistema nervioso central. Cuando no hay lesiones cardíacas, daño cerebral o ceguera, el pronóstico es generalmente bueno.

Prevención

·         Lavarse bien las manos con agua y jabón, después de evacuar y antes de ingerir alimentos.
·         Evitar consumir alimentos que no estén lavados o cocidos.
·         Lavar con agua corriente frutas y verduras.
·         Evitar comer cerdo y otras carnes crudas o insuficientemente preparadas.
·         No comer carne de cerdos que pueden haber sido infectados con la tenia.
·         Beber sólo agua embotellada o hervida (por 1 minuto) o bebidas carbonadas (con burbujas) en latas o botellas. No beber de fuentes o bebidas con cubitos de hielo.
·         Provisión de agua limpia y de saneamiento: disposición adecuada de excretas humanas, a través del uso de drenaje o letrinas
·         Medicar a toda persona que haya adquirido el parásito.
·         El tratamiento debe ir acompañado de medidas veterinarias, como la mejora de la inspección y el control de la carne, la mejora de la cría de cerdos y de su inspección, y el tratamiento de los animales infestados.
·         La educación sanitaria acerca de la transmisión de los parásitos y de la manera de mejorar los hábitos de higiene y las condiciones sanitarias de personas y animales.
·         La mejora generalizada de las condiciones de vida
·         Una legislación adecuada. 

 

 

Bibliografía



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